domingo, 3 de enero de 2016

Dos de enero

El pánico
se adueña de nuestros corazones
en este extraño dos de enero.

Correr
es nuestra única prioridad.
Correr
sin más.
Correr
sin mirar atrás.

Pregunto qué sucede
y tan sólo hallo como respuesta
decenas de miradas aterradas.

Gritar
para que nos oigan.
Gritar
sin más.
Gritar
sin mirar atrás.

Un muro se alza
frente a nosotros
-cual gigante enfurecido-
pero no existe obstáculo
que nos detenga
en este mar embravecido.

Saltar
al vacío.
Saltar
sin más.
Saltar
sin mirar atrás.

Ecos de historias sin sentido
-ecos de balas, ecos de tiros-
llegan a nuestros oídos.

Llamar
a nuestros seres queridos.
Llamar
sin más.
Llamar
sin mirar atrás.

Volver con cierta calma
al aclarar lo sucedido,
volver a casa,
volver al nido.

Volver
-tan sólo volver-
y olvidar lo que hemos vivido.

2 comentarios:

  1. Vivir con prisas sin ni siquiera saber el porqué de la prisa...

    ResponderEliminar
  2. La vorágine de la vida...
    Intensas tus letras, beso

    ResponderEliminar