domingo, 25 de octubre de 2015

Solicitud de amistad

El rencor abandonó mi cuerpo
desde el minuto cero.
Sin embargo,
el sentimiento de culpabilidad
se instaló en tu mente,
en tu alma, 
en tu persona
y tu perdona. 

Encontré el consuelo 
de mi desdicha 
en las flores, 
en los días alegres, 
en mis cortos amores 
y mis largos 
desamores, 
en las letras, 
en las musas, 
en el reloj que nunca marcaba la hora, 
en la libertad que siempre anhelé 
y que tuve desde el día en que marché. 

Construí un futuro 
con mis propias manos, 
me armé de valor y miré de frente 
al miedo. 
Ahora, ese futuro es mi presente. 
Me gané la vida, simplemente. 

Han pasado varios años
desde nuestro hastío irrefutable.
Ambos,
hemos pensado en lo que sucedió
cuando se cruzaron nuestros caminos.
Ahora,
llegó el momento de nuestro
desencuentro. 

Un mensaje en las redes sociales 
y una solicitud de amistad 
ignorados, 
bastan para saber con certeza 
la importancia 
que tienen mis palabras 
hacia tu persona. 

Ninguna. 

No hay nada de valor 
en mis letras, 
no existe ni un ápice 
de interés por tu parte. 

Pero no me arrepiento, 
volvería a escribirte 
si viajara al pasado... 
y cometería los mismos aciertos también.


martes, 6 de octubre de 2015

Cuando un ex te llama por error

¿Qué haces? 
Preguntas
al descolgar el auricular.

¿Quién eres? 
Pregunto
al desconocer tu identidad.

Soy tu primo. 

Yo no tengo primos.
No de tu edad.
Ni siquiera tengo
a nadie 
lo suficientemente interesado 
como para hablar 
conmigo 
a estas horas tan -relativamente- 
tempranas. 

Se hizo el silencio. 
Un silencio efímero y eterno 
por partes iguales 
mientras tu mente recordaba 
esos momentos  
que unieron nuestras vidas 
en el pasado. 

Me he equivocado. 
Dices.

Ya nada importa. 
Supe quién eras desde el principio de tu llamada. 
Cuelgo el teléfono. 
No hay nada de qué hablar.