martes, 14 de diciembre de 2010

Destello

Apareces y desapareces sin más. Eres similar a un destello: irrumpes con tu luz y, cuando iluminas, cuando dejas ver lo que a duras penas se podía apreciar, te desvaneces, te difuminas con el aire, te vas

Marchas pero tu esencia sigue perenne, tu recuerdo habita intacto. Permaneces, te quedas aquí. Solo de este modo jamás te podrás ir, aunque todos los caminos me llevan a ti.

~Tú y yo nos reencontraremos cuantas veces sea necesario~

jueves, 18 de noviembre de 2010

Estrellas

No sé si te has dado cuenta de que no tengo ganas de perder el tiempo, que pierdo lo que encuentro y encuentro lo que no quiero. No sé si te percataste del aire que respiramos, dime si realmente es puro, pues esto que respiro lo confundo con mi propio veneno.

Deja que me retire y me olvide de todo, tú márchate, ve donde quieras. Nos encontraremos cuando el resplandor de las estrellas contraste con el de tus ojos y -sólo entonces- nos reencontraremos cuantas veces sea necesario.

Tonta

¿Sabes? Eres tonta. Te lo digo para que lo sepas, por si no te quedaron claras mis insinuaciones. Lo tuyo no tiene ni solución ni escapatoria alguna, simplemente eres tonta sin más. De la esperanza, olvídate porque hace tiempo que te abandonó completamente. Tus sueños ya puedes ir dejándolos a un lado, pues dudo mucho que lleguen a cumplirse. Si luchas por ellos, es posible que los alcances a trompicones aunque, mejor, déjalo -total: acabas de tirar tu vida por la borda-.

Saltar

Es como perecer en la ilusión, como si el encanto abandonase palabras, símbolos. Es como si las ideas carecieran de base o como si a ésta le faltara fortaleza. No sé, relamente, no lo sé con exactitud; de lo único que estoy segura es que no me gustan para nada los comienzos, pues un comienzo implica un final.

Saltar. Sortear espacios vacíos. Subir los peldaños de tres en tres, olvidar los protocolos, dejar a un lado las frases de cortesía: pasar a la acción. Sólo quiero llegar a la cima sin pensar ni recordar, porque si pienso, recuerdo y si recuerdo, pienso.  
Empezar la casa por el tejado. Quizás así sea mucho más interesante o puede que resulte inquietante y aterrador cuando llegue el momento de caer.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una imagen

Una imagen, un minuto, una pequeña historia y unas pocas palabras son lo único que me hace falta para reinventarte en tu no-presencia. No hablaremos de ausencia cuando no estés, hablaremos de ti, de tus anécdotas, pues te imaginaremos, te crearemos en un instante tan único como efímero.

Necesito poco tiempo y poco espacio para escribir algunas letras en el cielo, para deletrearle tu nombre al silencio y deshilachar de entre las nubes los suspiros que se me escaparon en secreto.

Giremos el reverso 180º. Podríamos desecharlo, ignorarlo, olvidarlo pero, sin embargo, ahí está y así lo empleamos.

miércoles, 20 de octubre de 2010

☾ La Luna

Dar vueltas sobre mí misma es uno de mis pasatiempos no favoritos pero sí de los más utilzados. Soñar que puedo volver a ver con mis propios ojos, que ya no habrán vendas ni parches que me impidan vislumbrar la realidad. Soñar con un regreso que no marcha y, por tanto, no puede regresar. Soñar con un futuro en presente, con un presente para el futuro. Soñar contigo, con tus ojos -que no puedo ver-, con tus manos -que no puedo tocar-, con tus labios -que no puedo besar-.

Soñarte. La Luna velará mi noche mientras el Sol iluminará tu día. Amor, cuando menos te lo esperes, batiré mis alas y volaré hasta ti -aunque la Luna no se ponga de acuerdo en salir-.

lunes, 18 de octubre de 2010

Escrito en cartón a media noche

Tengo la voz rota, los ojos llenos de lágrimas, el cuerpo temblando, la sangre hirviendo, la cabeza a punto de estallar. Tengo el corazón destrozado: golpeado, abandonado, desvalijado, humillado, utilizado porque me golpearon, abandonaron, desvalijaron, humillaron, utilizaron. Cinco verbos que definen cinco seres que destruyeron mi alma; cinco verbos con un sólo significado y un único sentimiento: tristeza.

domingo, 10 de octubre de 2010

A veces creo que te escribo en vano

A veces creo que te escribo en vano. Siento como si mis palabras ya no significasen lo mismo para ti, como si mis pensares y pesares te resbalasen, como si mis sentimientos no te importasen. A veces creo -sólo a veces- que jamás te hice feliz, que me hablas por hablarme, que me lees por leerme, que me escuchas por escucharme.

Me gustaría disipar la distancia que nos separa con tan sólo un chasquido, haría desaparecer el océano que nos aleja, las fronteras que nos divide. Si pudiera, acortaría cada kilómetro, cada metro, cada centímetro de distancia. Si estuviera en mi mano, desvanecería las normas, los problemas del momento, los dilemas, los conflictos. Si por mí fuera, ahora mismo estaría a tu lado pues no imaginas cuánto ansío estar contigo -ni siquiera sé si comprendes lo que siento-. 

Algún día -cuando reúna el valor suficiente- te diré sin titubeos que te echo de menos.


A mi amor platónico

domingo, 26 de septiembre de 2010

Tu nombre

Quién me iba a decir que escribiría tu nombre con tan poca precisión que olvidé poner la u tras la q, que lo escribiría una segunda y una tercera vez y no pudiera realizarlo correctamente hasta la cuarta.

Me desequilibras, tú y tu nombre aunque no sabes qué ilusión me hace verlo escrito en la puerta, visionarlo cada vez que la abro y cierro y saber que está hecho por mi puño y letra.

Miércoles

-Nunca te había visto hablar así con nadie.
-¿Ah, no?
-No, ni siquiera con tu mejor amiga.


¿Sabes una cosa? Repetiría nuestra conversación del miércoles sin dudarlo. Me encantaría volver a escuchar todas tus palabras, todas tus carcajadas. No dudaría en volver a imaginarme tu mirada, tu sonrisa. No me importaría para nada volver a abrasarme el lado derecho de la cabeza por escucharte, por hablarte.

¿Sabes una cosa? Es cierto que nunca he hablado así con nadie. Confío en ti ciega y firmemente, te dejaría mi tesoro más preciado pues sé que contigo estaría a buen recaudo, te diría lo que pienso y lo que no, lo (in)feliz que soy, lo que sucede y lo que sucedió.

Sólo espero que comprendieras mi indirecta tan directa.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Tu mirada

Tu mirada es un asalto a mano armada, una transgresión que me debilita a la vez que me fortalece y reconforta.

Cuando me miras, me siento tan pequeña como si viviera en un mundo de Gigantes, tan insignificante como un punto de grafito sobre un viejo papel, tan extraña y vacía como yo misma sin m(t)í. Sin embargo, otras veces me siento tan bien, tan alegre y animada, tan viva como el propio amanecer con sólo tu presencia, tu mirar.

No sé porqué, pero la cabeza me dice una cosa y mi corazón otra.

jueves, 16 de septiembre de 2010

≈ ≈ ≈

Me dejas atónita, incompleta, triste. Soy como marioneta en un trastero: por ahora, inservible. Que alguien me libere de los hilos que mueven mis manos, que alguien me saque de aquí, que me abra la puerta y me enseñe mundo permitiéndome ver lo que el polvo no me deja percibir.

Me siento como si cayera por un precipicio sin final, como si fuera una ficha de parchís en un tablero de ajedrez, como si esto que estoy viviendo fuera el último capítulo de una novela aún sin terminar.

~Lloverán respuestas cuando tenga paraguas y me desleiré en mi vaso de agua~

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cara de poker

Menuda cara de poker se me quedó durante apenas unos segundos. Me eché a reír al vérmela reflejada en el cristal, el mismo por el que seis ojos me observaban en ese instante.

Ni siquiera ella terminó de formular la pregunta y la finalicé con una respuesta, pues pude ver en sus ojos lo que quería decirme antes de que las palabras llegasena a us labios. Se quedó a medias: por un lado, se sintió aliviada; por el otro, pude percibir la intriga que la consumía.

Quise olvidarme de todo al subir las escaleras pero, mientras subía, -a cada peldaño- fui recordando con todo detalle el hecho por el que permanecí con cara de poker.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Allí me encontraba

Era demasiado real para ser una ilusión, era demasiado perfecto para ser cierto. Aún así, allí me encontraba.

No preguntes cómo sabía dónde estaba porque no hallaría respuesta para ello: simplemente lo sabía sin más. Tampoco preguntes porqué estaba allí ni indagues en los motivos que me movieron a persistir, a seguir, a existir en aquél lugar. No cuestiones nada, pues sabes la respuesta a todo: lo sabía porque tú está(ba)s; estaba porque te buscaba.

Una lástima que fuera sólo un sueño. A pesar de todo, sentí los olores de tu tierra como si realmente estuviera, experimenté en carne propia la desesperación e impaciencia, el nerviosismo e inquietud y padecí todos los delirios posibles por querer encontrarte hasta mi mudo despertar.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Mi carta

Te escribí una carta que no leíste, ni siquiera me dio tiempo a mostrártela. Te la hubiera dado el día que dijiste que no vendrías, pero cumpliste lo dicho y no pude enseñarte mis palabras.

Intenté llegar hasta ti pensando en todas y cada una de las posibles soluciones que pudieran dar respuesta a mi dilema. Indagué en lo más profundo de mi alma, procuré entrar en tu mente para saber qué era lo que exactamente querías, actué correctamente, esperé impacientemente y espero, aún espero.

Te escribí una carta que no leíste y no sé si leerás. No es que yo no quiera...

lunes, 12 de julio de 2010

Hastío

Hace días que me muestro enfadada, que la miro y no la veo, que no hablo con ellos para nada. Hace tiempo que me muestro irascible, soy el enfado hecho persona, un hastío andante que espera el momento de su retirada.

Llevo una corta temporada con un disgusto a cuestas, unas palabras carecientes de valor y una importancia casi imperceptible dando vueltas por la mente. Ella habló demasiado y creyó no haber sido descubierta, se fue como yo y volvío igualmente dejándose olvidadas varias palabras por el camino. Ella dijo muchas cosas, habló de lo que tenía constancia y de lo que no, se creyó invencible, pensó que su hipocresía no era para tanto pues hay cosas que son mucho peor. Aún así, esto no justifica su actuación inadecuada, aunque recuerdo que lo mismo hacía cuando éramos niñas.

Ella tiraba la piedra y escondía la mano; ella tira la piedra y esconde la mano. Una lástima, la verdad.

miércoles, 30 de junio de 2010

Ni siquiera me miró

Ni siquiera me miró cuando habló contigo. Cierto era que yo no tenía ni voz ni voto en la conversación pero un saludo -o un simple gesto cortés- no se debe negar a nadie.

Te miraba fíjamente mientras hablaba, temiendo desviar la mirada hacia mis gestos bruscos, conscientemente provocados, pues quería comprobar si de imaginaciones mías se trataban, si todo aquéllo que pensaba durante días era una necia bobería o si realmente era cierta la luz que sus dos ojos irradiaban a costa mía.

Sus labios no revelaron cuánto había sufrido tiempo atrás, por decir no iba a decir nada. Solamente pretendía causar ese mismo daño sin importarle nada más.
Maldigo mi suerte al cruzarme en su camino pues ahora la tiene tomada conmigo por el simple hecho de vivir sonriente. A ti te ha echado el ojo y el diente: de mí se vengará por una animosidad aún inexistente y te salpicará sin poderlo evitar.

viernes, 21 de mayo de 2010

Cólera

Voy a acercarme a saludarte y advertirte sobre mi carácter. Voy a avisarte y asesorarte sobre aquéllo que das tantas vueltas, rodeos, virajes, giros mientras insinúas mostrando sin mostrar. Voy a callarme cuatro cosas, a decirte tres y media y a guardarme para más tarde las ciento treinta razones que despiertan mi cólera.

Te observaré sin que te des cuenta, te miraré casi sin ver. No mires tanto, no sea que se dañen tus retinas de tanto mirar el incandescente. Alma joven, mejor no vigiles tanto aunque la curiosidad por tu cabeza ronde y vuele -que es, sin duda, la que mató al gato-.

sábado, 15 de mayo de 2010

Sandía en mano

Llevaba media sandía en cada mano. Las sostenía como si de peso de pluma se tratara alzándolas a la altura de la cabeza. Parecía el hombre de las tres cabezas, aunque más bien era el hombre de las sandías.

Aquí llega de nuevo, sandía en mano, cuchillo afilado y... ¡zasca! Volvemos a tener dos mitades nuevas. No importa que tengan pepitas o no, lo realmente importante es que estén ricas.

Dignidad

-He perdido la dignidad.
-Búscala en el cajón de la derecha.

La busqué por todas partes. Miré debajo del colchón, encima de la mesa, entre los papeles olvidados, detrás de la puerta, en la estantería. Me aventuré a buscarla en tu sonrisa, debajo de aquéllas lágrimas, alrededor de la ironía, en mil miradas, enfrente del paraguas descuidado, dentro de la caja de bombones. Subí montañas, bajé por los ríos, recorrí todos y cada uno de los metros, centímetros y milímetros que me separan del inexistente, traspasé todas las fronteras de tu mirada, me caí por el precipicio de la incertidumbre... y busqué, busqué pero no la encontré.

Desistí y, casi sin quererlo, al fin la hallé. Ahí estaba -tan frágil e indispuesta como siempre- en el lugar más sencillo y extraño al mismo tiempo: el cubo de la basura.

jueves, 13 de mayo de 2010

Promesa

"Una promesa es una promesa", le dije a mi puerta entreabierta mientras cerraba la ventana que -celosa- dejaba pasar la corriente de aire moviendo las cortinas de un modo irregular.

Amabilidad asombrosa. Menudo chasco me llevé hace algún tiempo -poco-; chasco e indiferencia a partes iguales. Una palabra puede cambiar un estado de ánimo, ser difícil o sencilla, transformar situaciones distintas, crear un mundo. Dame todas las aes, las emes, las oes, las erres y me darás un quebradero de cabeza infinito en un comentario efímero que puedes borrar con un sólo clik.

sábado, 1 de mayo de 2010

Cómo hacer el memo en 4 sencillos pasos

Ilústrame:

1- Acercarse a la presa varias veces en el mismo instante.
2- Hacerse el interesante mediante temas que no vienen al caso: siempre te ha de gustar lo que le gusta a tu presa.
3- Contarle al amigo ebrio lo que pretendes hacer.
4- Dar vueltas.

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Mientras ríes -mientras lloras de impotencia- ahí está ella: observándote hacer el mentecato. No creas que le gusta verte así, pues no le gusta sino le encanta. Adivina por qué te sonríe cuando le hablas de ella misma...



...porque pretende lucrarse con tus simplezas.


sábado, 17 de abril de 2010

Le había localizado. Desde el primer momento de la noche, ya sabía cuáles eran sus intenciones: pretendía embarullarme, enredarme, desconcertarme mediante halagos y alabanzas. Su mirada de azufre me seguía en la oscuridad, sus palabras de anhelo resultaron vacías y sin sentido.

Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad; vino uno del segundo grupo diciéndome -diciéndonos- aquéllo que ya sabía -sabíamos-, me aseguró que era cierto lo que decía.

Vuelan las palabras chocándose contra las paredes del espacio reducido. Sí, sí, yo no sé nada pero lo sé todo...




...porque pretendo lucrarme con tus simplezas...

sábado, 10 de abril de 2010

Sábado /s

Siento tus ojos en mis palabras, tu mirada en mis letras, tu aliento en la pantalla mientras suspiras, mientras respiras. Puedo notar tu sonrisa -a través de tus dedos- traspasando la superfície de las teclas que conmigo no utilizas. Vuelves loco mi ordenador que se pierde en busca de una pista: la rastrea pero de tanto en tanto cambia de rumbo volviendo al mismo inicio de cada día.

Cabe la posibilidad que te conozca pero es más probable que jamás nos hayamos encontrado. Ojalá que de ningún modo faltes a nuestra cita de las diez y media...



...aunque yo nunca aparezca.

jueves, 8 de abril de 2010

Entre tanto es otra cosa

Si pudiera multiplicarme me daría un beso, me pediría matrimonio y me casaría conmigo. Es poco el tiempo que paso con mis pensamientos pero demasiado el que paso con mis demonios.

Busquemos un recodo de luz entre tanto disparate y pensemos en otra cosa, démosle la vuelta al asunto y creamos en una historia distinta a la inicial -que tiene cientos de puntos en común y tantos matices que termina siendo nada-. Olvidemos los pretextos y todas las opciones que se nos presenten: muy pronto hoy será mañana y mañana será hoy.

miércoles, 7 de abril de 2010

Estuvo

Fue verle aparecer después de tanto tiempo y desear que desapareciera en ese mismo instante, que se desvaneciera en sólo un parpadeo, que su imagen no fuera cierta; tan sólo una vana ilusión de mi pensamiento. Quise creer que la cordura me abandonó totalmente, me convencí por un segundo que mis ojos me engañaban, que no estaba ahí y que nunca estuvo... pero no.

Estar, estaba. Estar, estabas. Corroboró su presencia con palabras vacías, risa nerviosa, sonrisa fría. Mis palabras fueron inertes, adiós y ya no estaba.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Hago escritos personalizados

Realizo textos personificados. Si quieres un escrito hecho por mí -relato, poesía, cuento, prosa poética, teatro, ensayo (lo que se te ocurra)- no dudes en contactar conmigo. Escribo cualquier género -terror, romántico, comedia, etc...-, en cualquier extensión y puedo crear cualquier cosa que me pidas. Por ejemplo, si quieres un cuento en el que salga una niña que vista una capa roja y que vaya a llevarle pastelitos a su abuelita, entonces, es La Caperucita Roja. Es broma X)

Ahora en serio, escribo cualquier cosa que me pidas. Si, por ejemplo, quieres ser el/la protagonista de un relato o quieres que un amigo lo sea, te lo escribo. Ideal para regalar; si no sabes qué regalo hacer, un relato/poesía (lo que sea) es perfecto.

Precio negociable.
Los derechos de la obra pertenecen a la autora de los escritos, quedará todo registrado mediante el Registro de la Propiedad Intelectual.
Precio negociable (lo pongo dos veces para que quede claro jeje).
Te puedes poner en contacto conmigo aquí:

driada_vidaumbria@hotmail.com (e-mail y msn)

O, si lo prefieres, puedes dejarme tu dirección de correo electrónico como comentario. Tengo la moderación activada así que no lo publicaré.

domingo, 14 de marzo de 2010

Invisible

Se dejó la verdad en los zapatos y se guardó en el bolsillo ideas ajenas que yacían en la intemperie.

No demos por perdido el tiempo que transcurrió -que para tan poco caso es demasiado aunque no por mucho pensarlo cambian los hechos-. Olvidemos las palabras que se perdieron por el aire sin ser escuchadas, olvidemos la voz que las hizo elevarse en su momento, olvidemos el propio instante de sarcasmo subliminal.

No importa cómo ni cualquier otra pregunta que se nos ocurra, lo importante es saber que está ahí y hacer ver como si no estuviera.