sábado, 29 de noviembre de 2008

Naturaleza viva

Elena me entregó el premio Musa de la Inspiración.

" Para que su luz sirva de guía a su caminar por este mundo de los escritos."

Ahora yo he de entregar este premio a otras personas. Para poder hacerlo se ha de cambiar la imagen, el título y la dedicatoria.






Mi premio es "Naturaleza viva" y se lo entrego a las siguientes personas:



Elena: "Porque pronto dejarás de ser un proyecto y te convertirás en ESCRITORA"
Adolfo Payés: "Porque tus versos están llenos de luz, vida y alma".
Gittana: "Porque tus textos son salvajes como tu alma".
Azpeitia: "Para que sigas creando maravillosos escritos desde lo más hondo del alma".
Isis de la noche: "Porque tus letras llevan la pasión impregnada de tus dedos".
Mary: "Porque eres una persona muy linda, muy tú, una gran amiga".
Daniel: "Para que nunca dejes de expresar lo que sientes de ese modo tan espontáneo y hermoso".
Marc: "Para que nunca dejes el mundillo de las letras; si sigues así, llegarás alto".
La Heavy: "No dejes nunca de difundir cultura musical".
Neverknowsbest: "Porque tus escritos -tan llenos de imaginación- nos dejan perplejos".


No imagináis lo que me ha costado decidir a quién entregarle el premio. Es por eso que no quiero que nadie se ofenda si no lo ha obtenido.
Las personas que hayan recibido el premio deberán entregárselo a otras personas. NO se puede entregar el mismo premio que te dieron a ti. Tienes que cambiar la imagen, el título y la dedicatoria o lo que es lo mismo: hacer un premio nuevo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Semiausente VII

...y recuerdo tus ojos, tu voz, tu olor. Pero ¿de qué color son tus ojos? ¿Cuál es el timbre de tu voz? ¿Cómo es tu olor?

Demasiado tiempo lejos de ti. Casi olvidé tu persona. Te tengo muy presente y es por eso que, a pesar de todo, no te llegaré a olvidar jamás. Quiero abrazarte, sentirte, mirarte a los ojos -como tantas veces he hecho- pero sin miedo: firme. Quisiera rodearte una y otra vez con mis brazos, retenerte, escucharte susurrar mi nombre, acercar mi nariz a tu cuello, a tu pecho, a tus manos... y besarlas y cogerlas y acariciarlas... agarrarlas con fuerza mientras acerco mis labios a los tuyos y...

Pero nada ocurre. Tan sólo he de conformarme con que me describas el color de tus ojos. Aún así, no consigo recordarlos en su totalidad.

Que el quererte no sea en vano.