viernes, 28 de marzo de 2008

Impaciencia

Estaba demasiado ocupada pensando en cómo sería y olvidó la realidad que, ciertamente, rodeaba su persona. Se ilusionó demasiado en aquella futura escena para luego no mostrar entusiasmo alguno.

Tanto tiempo esperando ese suceso y ocurrió; llegó la hora. Se acercó lentamente a lo que era su destino. Impaciente, notó cómo su corazón se aceleraba por minutos. Cuerpo y mente le jugaron una mala pasada pero ya no importaba: el momento llegó. Sus labios tan sólo pudieron susurrar un simple saludo y ciertas palabras sin sentido. Después, se marchó sin dejar rastro con la única huella marcada en su rostro.

miércoles, 26 de marzo de 2008

No puedo escribir

Ya no soy la misma de antes; ya no escribo como antes... Quizás esté algo bloqueada... Lo único que sé es que ya no logro crear bellos textos de bellas palabras.

martes, 25 de marzo de 2008

Tiempo efímero

Todo acaba, todo termina. Siempre pensé en algo lejos, largo, infinito... pero me acabo de percatar que todo es efímero. Ha sido muy agradable pasar estos días a tu lado y, por ello, te lo agradezco con todo mi corazón.

Habitan en mi mente esas tardes de suave y dulce frío donde se hallaron nuestros ardientes corazones. Me gustaron esas tardes, siempre juntos hasta el caer de la noche. Hubiera querido que nunca se hubiesen acabado esos días, pero las vacaciones de Semana Santa terminaron y se ha de volver a la rutina.

En fin, siempre nos quedarán nuestras tardes.

domingo, 23 de marzo de 2008

Palabras sugerentes

Sus palabras sugieren algo que ella no logra entender. Aunque, pensándolo mejor, no sabe si es que no puede o no quiere hacerlo. ¿Fue un cumplido o quizás fue un simple halago? Es difícil saber si aquello dicho por escrito fue lo primero o lo segundo.

Sus palabras de poeta le recordaron a ella ciertas cosas que habría querido no haber evocado. Le hubiera gustado que todos esos pensamientos nunca hubieran pasado por su mente. Ella sigue pensando y decide esperar para juzgar esas bellas palabras.

viernes, 21 de marzo de 2008

Despiste

No me percaté de los cambios de la belleza de la eterna alegría ni tampoco de las palabras que de ella surgían. Todo fue simple, claro y oscuro al mismo tiempo. No pasó nada, ¿o sí? Para el mundo tan sólo pasó el tiempo, para mí pasó un segundo -un milenio- y un sonrojo por mi error. Una huella perdida que se pierde una y otra vez... aunque esa misma huella, por mi error, la encontré.

No importa nada, tan sólo fue un simple error. Un error de aquellos que dan tanta vergüenza y sientes cierto ridículo al evocarlo. En realidad, no ha ocurrido nada: no es grave. Pero mi mente turbulenta es más fuerte, más grande y, por ello, vuelve y revuelve recordando aquellos pequeños detalles. Pronto reinará la tranquilidad; tan sólo fue un despiste.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Las palabras y el texto

¿Por qué utilizar cien palabras si con dos me basta? ¿Para qué me sirve un texto híper-recargado de complicados adjetvios? Frases claras, sencillas y libres de palabras rebuscadas. Y es que lo más importante, según mi parecer, es que logren expresar aquello que se desea sin importar el léxico.

martes, 18 de marzo de 2008

Cárcel

La persona que supuestamente no existe se halla en una cárcel de acero y soledad. Entre cuatro o cinco paredes -¡quién sabe!- se encuentra el alma polvorienta que jamás vio la luz. Está ahí, mas la gente lo ignora. Nadie conoce su verdadera persona y es seguro que jamás lo hagan.

lunes, 17 de marzo de 2008

Pensamientos

En la soledad de su alma, piensa. Es probable que se cansara de la rutina aunque, más que eso, de lo que se ha cansado realmente son de las falsedades de aquellas aves carroñeras. No está en contra de nadie; tan sólo quiere vivir, aunque parece ser que no lo hará con calma y tranquilidad.

El cuervo se acerca y se aleja; tira la piedra y esconde la mano. Ella se cansó de sus manipulaciones. Piensa que, quizá, sólo son malinterpretaciones y suposiciones algo extravagantes pero se hartó. No soporta que forme parte de su vida a través de lo que forma parte... No tiene intimidad y por ello se siente como si no tuviera vida propia.

Ella sigue pensando... seguramente ya se habrá cansado de... ¿pensar?

viernes, 14 de marzo de 2008

La existencia

¿Existe una realidad incuestionable sobre nuestra existencia? ¿Sí? ¿No? Parece ser que sí. “Pienso, luego existo”, dijo Descartes al dudar sobre todo lo que conocemos. Estaba más que seguro que esta verdad era más fuerte que todas las demás y, ciertamente, no le faltaba razón. Si piensas, existes. Aunque también si ríes o lloras, existes; si hablas, existes y si ves… ¿si ves existes? ¿Nuestros sentidos son fiables? No, aunque no nos queda otra que fiarnos de ellos ya que es lo único que tenemos. Entonces, volveríamos al “pienso, luego existo” de Descartes pero, ¿no podría ser que la vida fuese un sueño? Si fuese así, no estaríamos pensando, estaríamos soñando. ¿Puede ser que estuviésemos pensando en sueños? Poder puede pero no lo sabemos con seguridad. Cuando dormimos y soñamos, nuestros sueños parecen tan reales que no nos damos cuenta que no lo son hasta que no estamos despiertos. Otra idea algo disparatada es que nosotros podríamos ser personajes de una novela, no pensamos: echamos la información que nuestro “creador” (el escritor) nos ha dado y que nos ha “ordenado” que hagamos. ¿Entonces qué? ¿Existimos?

Avancemos y pensemos que sí: es cierto que existimos porque “el pienso, luego existo” resuelve todas las preguntas anteriores. Pero, ¿sabemos que los demás existen? Cuando hablamos con una persona, ¿es cierto o es producto de nuestra imaginación? Si es lo segundo… ¿de qué estamos seguros? Si no estamos seguros ni de la existencia de los demás, ¿qué hacemos en este mundo? Yo pienso, luego existo pero, ¿tú piensas? Seguramente tu respuesta será afirmativa aunque yo, de todas maneras, no tendría seguridad sobre tu existencia porque yo no soy tú y, por lo tanto, no lo puedo comprobar.


A todo esto, podemos demostrar que quizá tenemos pocos medios para saber sobre la existencia de las cosas o de la nuestra propia. Tenemos los sentidos, que no son fiables ya que estos engañan. También tenemos nuestra mente, la razón, el “pienso, luego existo” de Descartes, que si no resuelve muchas de las preguntas anteriores, al menos, sabemos individualmente de nuestra existencia.

jueves, 13 de marzo de 2008

Cel

Una cosa
Jo vull dir
Car tota vida
M’ho demana.

Una cosa
Et vull dir
I l’alegria
Serà encomanada.

El blau cel
-que no és etern-
Podria ésser
Sempre clar
Si es remeiessin
Les obscures
Ànimes negres
Que l’enterboliren
Més enllà.

Això
Jo t’ho vull dir
Car si no
Hi haguessin
Aquestes ànimes
Es veurien
Les grans estrelles
Parpellejar
-sempre pures,
Mai obscures-
I no caurien
Ni mai podrien
Trontollar.

Com la vida
Sencera,
Com l’ànima
Pura...

Per sempre...
...i per a sempre.

Ajuda’m,
Amic meu,
Conservem tota
La blauesa
I la gran gentilesa
De tot
El que pot ser.

lunes, 10 de marzo de 2008

Consejos

De alguna manera, se siente útil. Siemrpe había notado su vida algo lóbrega y vacía hasta que encontró aquel elemeto esencial. Ahora todo es diferente. Ayuda, en cierto modo, dando consejos algo disparatados y observa cómo las personas aconsejadas los siguen y todo les va bien... Ella piensa que jamás los habría seguido si estuviese en su lugar. "¿Por qué soy tan terca?", se preguntaba. Recordó los consejos que le daba aquella persona y que ella no seguía. Quizás, si lo hubiese hecho, ahora todo sería completamente diferente. Diferente, diferente... diferente... ella no quería que nada fuese diferente. Aunque lo había pasado mal tiempo atrás, jamás cambiaría su pasado. Y es que ella cree que las experiencias, tanto buenas como malas, son necesarias para esta vida.

sábado, 8 de marzo de 2008

¿?

¿Qué mundo es peor? ¿Cuál tiene más maldad? ¿El mío...? ¿...o el suyo? Esa frase que has dicho... te has visto obligada a matizarla.

viernes, 7 de marzo de 2008

Se fue

Ella se ha marchado. Lo hizo después de deshacerse de las tremendas y pesadas bolas de acero con las que cargaba cada día. Ahora se ha ido, ya no está aquí. ¿Volverá? Puede ser, aunque ya no será la misma de antes. Dejó ese triste mundo atrás y se fue a un lugar mejor: su propio mundo. Sustituyó las bolas de acero por unas finas y elegantes alas blancas que la encaminaron libremente hacia ese lugar lleno de paz y tranquilidad. Ha dejado muchas cosas aquí, pero no se arrepiente ni lo hará jamás. Si vuelve, lo hará contaminada del puro aire de ese increíble mundo.

martes, 4 de marzo de 2008

Amor

Amado
de mi alma,
surgiste altivo
de la tormenta
de la calma.


Corazón sencillo,
que no calla
y que no habla,
dime: ¿cómo?


¿Cómo comenzó
este hermoso
sentimiento
al estar
en el camino
triste y turbulento,
-lleno de baches
y arbustos negros
en cada
pensamiento-
si nunca opino,
si nunca creo,
si siempre esperé
la vida
de la muerte
al creer
-ciertamente-
en el firmamento?


Amado
de mi vida,
creíste en mí
como la eterna
y dulce alegría.


Corazón sincero,
que me observa
y que me mira,
dime: ¿cómo?


¿Cómo logro
descifrar
esta dicha
que me hace
llorar
mientras río,
a la par
que pienso
en la eternidad
absoluta y fiel
del enorme cielo
que me invita
a suspirar?


Amado mío,
mi alma
es tuya
y la tuya
forma parte
de mí.

lunes, 3 de marzo de 2008

El hombre de...

Salimos a fuera y nos pusimos a caminar. Caminamos por un caminito que era llano al principio y que tenía cierta pendiente al final. Mientras caminábamos no se produjo ninguna conversación; tanto Sara como yo estábamos callados. El silencio que se hallaba entre nosotros se veía irrumpido por el canto de los pajaritos que volaban aquí y allá. El sonido del viento, al romper con las hojas de los árboles, formaba una especie de melodía que se confundía con el eco de la naturaleza. Nuestros pasos se oían remotamente, al pisar el camino de tierra, y dejaban pequeñas huellas casi imperceptibles. El ardiente sol de verano amenazaba como nunca con sus tórridos rayos de luz que iluminaban aquel increíble paisaje.

sábado, 1 de marzo de 2008

Memoria

Querida persona:

Soy el todo, soy la nada, tu mejor amigo y tu peor enemigo, lo más importante y lo más insignificante… Soy la vida, soy la muerte… Soy aquello que siempre quise ser y lo que nunca fui. Soy tú, soy tu hermana, el primo de del vecino de al lado, tu profesor de ciencias, ese gato, tu novia… Soy quienquiera que quieras que sea.

También puedo ser un remoto recuerdo y un lúcido olvido. Y es que los recuerdos, esos que marcan nuestra vida, están allí donde se necesiten (y donde no). Porque un recuerdo es algo tan bello y cruel al mismo tiempo, que uno no sabe valorar el significado de esa evocación.

Un recuerdo, un recuerdo… ¿Qué es lo que provoca un recuerdo? Una sensación de… ¿desconcierto? ¿seguridad? Todos recordamos y olvidamos cosas. Y las cosas que olvidamos pueden ser tan importantes como las cosas que recordamos.
Los recuerdos dan constancia de nuestra existencia o de lo que nosotros podemos llamar existencia. Cosa que olvidas, cosa que no puedes recordar: lógico.

Da mucho coraje olvidar algo importante como, por ejemplo, el amor. En esos momentos tan intensos que vives con tu pareja te paras a pensar y piensas, piensas… Y te dices a ti mismo que jamás olvidarás ese instante, ese sentimiento, pero pasa el tiempo, sí, desgraciadamente pasa el tiempo, y te olvidas de lo vivido. Después ese olvido se te queda grabado en la nostalgia… y recuerdas el olvido.

Olvido… eso es lo peor de todo. “No me olvides”, solemos decir. Si nos parásemos a pensar un momento, cuando decimos esta frase, lo hacemos por miedo a que una o varias personas determinadas olviden parte de nuestra existencia, nuestras vivencias o experiencias. ¿Hay seguridad de que nos recuerden? No. ¿Hay seguridad de algo? Lo dudo mucho. Pero no importa, debemos seguir adelante si queremos vivir felices.
Es que somos tantas personas, hay tantas caras por recordar que nuestra memoria “escoge” a las personas más importantes: las de nuestro alrededor.
Y es que como dijo alguien: “Somos muchos y no tenemos la culpa de ser tantos”


Deberíamos apreciar los recuerdos, la memoria, como se merece. Por muy insignificante que parezca, debemos valorar cualquier cosa, aunque sea pequeña o enorme, como la memoria o un recuerdo.

Y, como dice la canción: “El huracán Olvido es el peor. Lo tira todo a su paso, no deja nada en pie”. No lo olvidéis.